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martes, 6 de octubre de 2015

Trail de Sajambre 2015

Son las 9 menos unos minutos de la mañana y por megafonía  anuncian el corte protocolario de la cinta. Corremos cuesta arriba como gamos para llegar a tiempo a la salida bajo  la atenta supervisión del demonión que ejerce como speaker. Increíble la caraja que arrastramos, estamos alojados a menos de 50 metros de la pancarta de salida y casi llegamos tarde como de costumbre. Mucho público, buena temperatura y gran ambiente de carrera. 
Paisaje de Sayambre, sobran las palabras para describir la belleza del entorno
Personalmente me encuentro entre expectante y preocupado, que es un eufemismo para evitar decir que estoy literalmente acojonao. No soy completamente consciente de como  me he metido en esta guerra de la Seronda Trail Series, pero  si lo suficiente para saber que dadas las circunstancias actuales, si quiero conseguir la chaqueta de trifinisher necesitaré recurrir a un grado de épica superior al visto en la trilogía del Señor de los Anillos. Hoy no tengo respeto, hoy tengo miedo y lo reconozco sin tapujos. La prueba más parecida que he disputado es la Biosfera Trail con 26 kms de distancia y 4400 metros de desnivel acumulado y la he acabado los 2 últimas años en 5h:50' aproximadamente y hoy en la Sajambre Trail tengo por delante 29 kms, 4600 metros de desnivel acumulado y solamente 5h.45' de tiempo límite. Si esto ya fuera poco preocupante  de por si, mi preparación para la prueba ha sido sencillamente lamentable y llego muy tocado a nivel muscular, tanto que apenas  15 días antes de la prueba estaba fuera y tras más de  3 años sin visitar al fisío, solo me quedó la opción de encomendarme a San Carlos Justel, Santo Patrón de los bisontes muscularmenete desamparados. Afortunadamente Carlos no hace milagros, pero casi y con sus expertas manos y el buen uso de las nuevas tecnologías  aplicadas al mundo de la fisioterapia  consiguió deshacer las contracturas ya convertidas en nudos marineros que atenazaban mis maltrechos  gemelos y cuadriceps, así como la incipiente bursitis de mi tendón de Aquiles izquierdo. Si bien llevo 14 días completamente parado y sin poder entrenar, al menos estoy en la linea de salida, y eso para mi ya constituye todo un éxito.

Dan la salida y por las calles de Oseya de Sayambre comienza  el primer episodio de mi particular trilogía del "Tractor de los anillos".   La comunidad del tractor para esta primera prueba está compuesta por el Tigre Dieguez, el Toro Cano y mis 2  inseparables hobbits Javi Cancelo y Joaquín Cañi. No tengo queja de la compañía pero el anillo lo llevo yo y como he explicado en entradas anteriores, mi anillo por peso y tamaño podría utilizarse como  rueda de molino. El primer kilómetro  es cuesta abajo y se sale deprisa. Salgo a mitad de grupo con Cañi y Javi Cancelo. Mi intención es correr lo más rápido posible los primeros 10 kms, mantener el tipo hasta sobrepasar el control de paso de Soto de Sayambre y de ahí a meta sobrevivir para conseguir llegar  dentro del tiempo estipulado. Apenas necesito 200 metros para darme cuenta de lo equivocado que estaba. El cuadriceps izquierdo empieza a chirriar desde las primeras pisadas, lo cual es bastante preocupante cuando te quedan 29 kms y 2300 metros NEGATIVOS por delante.

Salida de la prueba con mis escuderos  Joaquín Cañi y Javi Cancelo justo detrás
Se me pasa fugazmente  por la cabeza la idea de dar la vuelta y abandonar la prueba, pero no veo lógico rendir mi reino  sin al menos plantar batalla. Aminoro el ritmo, comienzo a caminar y bajo   descargando peso sobre los bastones, mientras observo impotente  como uno tras otro me van superando corredores. Acaba la bajada y cogemos un pequeño tramo de falso llano donde trato de correr para no quedarme descolgado. Cruzamos un puente y comenzamos una ligera ascensión hasta el pueblo de Vierdes. Apenas llevamos un kilómetro y medio cuando tengo que detenerme en boxes para realizar ajustes en la mecánica del vehículo. ¿Podría ser aún peor? la respuesta es SI. A pesar de que la temperatura rondará los 9º-10ºC rompo a sudar  más que Camacho en el mundial de Corea y además voy pulmonarmente asfixiado. Ambas cosas tienen una explicación  lógica. Estoy eliminado los excesos de la noche del viernes. Solo a un inconsciente se le ocurriría salir de cena poco más de 24 horas antes de una carrera de montaña de esta magnitud, para volver a casa después de haber cenado como un reo que enfrenta su última noche en el corredor de la muerte, bebiendo como un vikingo tras una batalla y sin tiempo para dormir y recuperar. Ahora entiendo lo que quería decir Dinio con eso de  "la noche me confunde", para mi está prueba se está convirtiendo en mi particular    Marujita Diaz. Lo de ir asfixiado es consecuencia de no haber inhalado el broncodilatador contra el asma por las prisas de la salida. Guardo el cortavientos en la mochila, una bocanada del inhalador y arranco en compañía del corredor escoba. Distinta película y el mismo guión de siempre. ¡Hay que joderse! tener que "doparse" para ir a  ritmo del corredor escoba. No se como me arreglo pero siempre acabo en compañía del cierre de carrera o lo que es lo mismo, estoy más encasillado corriendo por montaña  que Steven Seagal o Jackie Chan en el mundo del cine. Mi cuerpo busca mil disculpas para tirar la toalla y mi mente trabaja contrarreloj para encontrar soluciones. ¡Vamos Bisonte, olvídate de la meta, regula, disfruta del entorno y piensa en llegar al primer avituallamiento!. Cortando la carrera por tramos la carrera parece más sencilla.  El corredor escoba me ánima y me dice que  en meta entramos en tiempo seguro. No me fío de sus palabras pero decido darlas por validas como mal menor.

Empiezo a calentar muscularmente y cuesta arriba las molestias disminuyen por lo que consigo incrementar el ritmo y  alejarme del escoba.  Saliendo del pueblo de Pio alcanzo finalmente a mis compañeros Javi y Cañi  y ya  con ellos realizo caminando esta primera y sencilla ascensión por el camino de la central. En el km 4 nos  desviamos a la derecha  y entramos en un tramo llano por el sendero que nos lleva al repetidor de los Ceñales. Decido echar a  correr y lo cierto es que voy sorprendentemente cómodo lo que me permite superar sin esfuerzo a  una decena de corredores, hasta llegar al  km 7,5 aproximadamente donde   comienza la bajada al pueblo de Ribota y vuelven los problemas mecánicos en mi tren inferior. Las molestias en el cuadriceps izquierdo no remiten y decido bajar muy despacio. Hoy tengo menos fiabilidad que el McClaren de Fernando Alonso, así que la cosa sigue pintando fea. Veo como me superan 8-10 corredores, 2 ardillas, un tejón  e incluso me pide paso una familia de erizos.

Llegamos al pueblo y alcanzamos el primer avituallamiento del km 9,3 en el punto más bajo de la prueba (525 metros de altitud). Mi reloj marca 1h:12':42"y  por suerte vamos dentro del tiempo límite. Arranco la primera subida fuerte del día con  mi amigo  Javi Cancelo, pero para arriba me noto cómodo y con fuerza y en seguida le dejo de rueda. Alcanzo a Dani Agredano  y en su grata compañía realizo la dura ascensión a la Sierra de Cerezaledo y a los invernales de Guembres. Coronamos la cresta y enfilamos una rápida bajada hasta entrar en Soto, donde a Dani le esperan su mujer y su niña que le reciben emotivamente.

Subiendo camino de Soto de Sayambre en compañia de Dani Agredano 
Estamos en el km 15,6 y es uno de los puntos claves puesto que está el control de paso y punto de corte. Parada larguísima en en el avituallamiento. Mis paradas en boxes son ciertamente penosas. Tengo la sensación de que los demás corredores hacen paradas con mecánicos de  Formula 1 y que yo paro a cambiar las ruedas del tractor en Feu Vert, les dejo las llaves y me voy de compras a Carrefour para volver en hora y media a recoger mi vehículo. Como y bebo abundantemente, baño en  Reflex  mis cuadriceps, quito las piedras de mis zapatillas, ordeno la mochila que va tan cargada que parece la mochila de Dora la Explodora y finalmente arranco ya en solitario. Dani se va por delante a ritmo de corzo y ya no le volveré a ver hasta meta y detrás sale Cañi al que confío en alcanzar más tarde. Paso por el arco de control de paso en 2h:25':38" (con casi 20 minutos de margen sobre el cierre de control).

¡Vamos Bisonte, la primera mitad ya es historia...y ahora a pelear esa meta!. Enciendo el MP3, me concentro  y arranco con calma  la ascensión al Picu Jario. Por delante unos 13,5 kms incluyendo un subida constante de casi 1000 metros positivos (desde 920 hasta  los  1913 de la cumbre del Jario)  para  posteriormente  descender casi 1200 metros   hasta alcanzar  los 740 metros de la meta en Oseya de Sayambre.

Tramo inicial de subida al Picu  Jario con algún "familiar" animando entre el público
En la oscuridad del Falléu en compañía de Jon Ander Pérez
Llegando al Refugio de Vegabaño en la subida al Picu Jario
Sin complicaciones asciendo por el precioso bosque de hayas centenarias  hasta alcanzar el refugio de Vegabaño  a 1320 metros de altitud en 3h:11':19". Parada rápida en avituallamiento y de nuevo ascensión por un tupido y precioso bosque hasta que consigo alcanzar de nuevo a Cañi  con quien tengo pensado ascender hasta cumbre.

Pradera de  Vegabaño. con el refugio del mismo nombre al final y Peña Beza al fondo.
Saliendo del bosque nos encontramos con un voluntario con el que nos detenemos a charlar. Nos confirma que el desnivel global rondará solamente los 4000-4100 metros por un cambio en el trazado inicial, miro el tiempo y respiro aliviado con la noticia consciente de que aún quedando unos 9 km a meta, salvo accidente o lesión grave  esta meta ya no se me escapa.

Saliendo del bosque e iniciando el tramo final de subida al Picu Jario  con Peña Santa al fondo
En compañía de mi inseparable Hobbit  y fiel escudero Joaquín Cañi
Continuo la subida con una facilidad pasmosa por una espectacular pradería que luce un verde propio de un campo de hierba artificial y dejo a Cañi de rueda. Corono el collado y me detengo a esperar a mi amigo mientras disfruto de las imponentes vistas. Ya solo nos queda un último tramo de unos 300-400 metros hasta alcanzar cima.

Joaquín Cañi encarando el "Cresteo" final  camino de la cumbre del Picu Jario
Todavía tengo tiempo de detenerme una vez más  a saludad a Isaac del Pozo que está realizando funciones de fotógrafo en las proximidades de cumbre. Continuamos marcha y coronamos el Jario en 4h:15':56". Tras tocar cumbre y mostrarle mi respeto a una montaña que corono por primera vez en mi vida, me quedo ensimismado disfrutando del momento. Luce un sol radiante y el día es espectacular. Asturies se oculta bajo un mar de nubes tras el macizo central de Picos. En la dirección opuesta se ve el pueblo de Oseya en el fondo de un precioso valle. En las 4 direcciones despuntan montañas que alcanzan o superan los 2000 metros. Desde aquí arriba te das cuenta de lo insignificantes que somos, todo se ve más pequeño (incluidos los problemas), por un  momento el tiempo se detiene y todo tiene sentido. Aprovechamos para inmortalizar la ocasión.

Mi  compañero Cañi arranca el descenso y yo me quedo unos cuantos minutos más hipnotizado  con la grandeza del entorno. Finalmente me lanzo cuesta abajo, por delante unos 6 kms de distancia y la friolera de 1200 metros negativos. Con 90 minutos de margen para recorrer solamente 6000 metros cuesta abajo, incluso la mismísima tortuga gigante de las Galapagos sería capaz de entrar en meta en tiempo y forma.

En la cumbre del Picu Jario (1913 metros) con un señor de naranja al que no conozco de nada
Espectacular vista de los Picos de Europa desde cumbre. Detrás de ese cordal está Asturies
El primer tramo por pradería es pendiente pero sencillo, pero noto que ambos cuadriceps chirrían una barbaridad. Confiemos en que mis amortiguadores aguanten lo máximo posible. En seguida entramos en un tramo técnico de bajada con piedra suelta y escoba. Me detengo un  par de veces porque no voy nada cómodo  hasta que me cogen 3 corredores que vienen por detrás y formamos grupeto. Es más fácil bajar en compañía que solo y además  uno de ellos es el dorsal número 35 con el que ya había coincidido en el tramo inicial de la prueba. Atravesamos la Horcada de Llabeño. las majadas de Jocerrato y llegamos al último avituallamiento.  ¡Vamos bisonte, un último arreón y a meta!.  Un último tramo técnico, atravesamos la antigua majada de Justeadoso y a unos 3,5 km de meta enlazamos una pista que se corresponde con la Senda del Arcediano. A estas alturas voy solo de nuevo, me duelen los cuadriceps en cada pisada y el camino se me hace monótono e interminable. Corro, camino, intento correr de nuevo  y a duras penas avanzo hasta alcanzar a Jon Ander Pérez, un titán vitoriano con el que he compartido muchos kilómetros a lo largo de la carrera, el cual  venía para bajar de 4 horas, pero ha tenido un día muy complicado y en vez de retirarse que hubiese sido lo más sencillo,  aquí esta batiéndose el cobre para llegar  a meta. Todo un ejemplo de superación.  Hacemos juntos el último tramo, hasta que aprieto para intentar bajar de 5h:15' y me voy de nuevo en solitario.

¡Ufff! ¡que largo mi madre! veo la primera casa del pueblo y ahora si que me lanzo a saco, ya no importan los  cuadriceps, ni  el cansancio acumulado, ni nada. Las carreras se comienzan corriendo y se terminan corriendo, incluso aunque te arrastres como un culebra durante el resto de la prueba. Giro en la plaza de la escuela y entro en meta esprintando (marca de la casa) mientras el speaker Rubén Nembra me dedica unas cariñosas palabras.

Misión cumplida, Ya tenemos la primera manga de la chaqueta conseguida. Finalmente entro en el puesto 141 sobre 160 corredores en la salida y 150 en meta,  con un tiempo de 5h:13':51", a  "solamente" 2h:23':07·" del ganador que fue Carlos Sanchez Castro con 2h:50':44"

Con cara de bobo tras cruzar la meta en la I Sayambre Trail
Un primer recuento de mis compañeros de aventura me lleva a constatar el  carrerón de los "pros" Alfonso Cano y Roberto Dieguez  que han bajado holgadamente de las 4 horas y la  gran carrera también de Cañi que me ha sacado un mundo bajando y ha entrado ligeramente por encima de las 5 horas. Solo nos queda Javi Cancelo que debería venir unos 25 minutos por detrás. Mientras espero y para mitigar los calambres, meto las patas en la piscina de agua fría y  mantengo una agradable charla con Saul Jimenez. El tiempo corre y al cierre de control Javi aún no ha llegado, lo que nos comienza a preocupar. Finalmente entra en meta en aproximadamente 6 horas con el brazo completamente ensangrentado. Se ha caído a unos 2 kms de meta y aunque se le ha escapado la liebre, se ha metido un zurriagado muy curioso, aún así ha tenido el coraje de seguir y cruzar esta meta. Esto es lo que yo entiendo por un campeón y un ejemplo, alguien que no se rinde nunca.
Perfil de la prueba
Mapa de la prueba

Llega la hora de extraer conclusiones:

1.- En primer lugar, mil gracias a mis 4 compañeros de expedición (mi particular COMUNIDAD DEL TRACTOR), sin ellos este fin de semana no hubiese sido igual. En el fondo correr solo es la disculpa, el viaje, la convivencia, la cena de la noche previa  y las cervezas de antes y después de la carrera son las cosas que hacen especial este deporte para mi.

2.- Me han sobrado 30 minutos en meta, pero debo evitar que los árboles  me impidan ver el bosque. Sin  los 500-600 metros de desnivel acumulado que nos hemos comido, estaría peleando seriamente por entrar dentro  del tiempo límite.


3.- Veinte años hacia  que no visitaba las acogedoras tierras de Vadinia. No deja de ser paradójico ver a un astur de nacimiento, disputando una carrera incluida dentro del circuito asturiano  de carreras por montaña (Seronda Trail Series) por tierras originalmente pobladas por cántabros, en territorio administrativamente leonés. Estas imponentes montañas jamás  han servido en 2000 años de historia para separar a 3 pueblos hermanos (cántabros, asturianos y leoneses). Esto va dirigido a todos esos palurdos que serían capaces de cerrar con  alambradas las mismísimas montañas si les dejaran. Las montañas no tienen dueño y mo  pertenecen a nadie, muy al contrario nosotros les pertenecemos a ellas.

3.-Iker Jimenez y su equipo de Cuarto Milenio deberían estudiar seriamente mi caso. Pasar de subir montañas como un abuelo octogenario y bajar con cierta fluidez, a subir de manera respetable y bajar como un minusválido toledano y todo  en menos de un año es algo ciertamente extraño. No se veía una metamofosis tan radical desde que el rey del pollo frito Ramoncín, pasó de mear a sus fans en los conciertos cuando era icono de la movida madrileña, a impartir lecciones de moralidad como tertuliano en televisión. O soluciono pronto el problema de mis maltrechos  cuadriceps o tengo menos futuro corriendo por montaña que Sergio Ramos en la Real Academia de La Lengua.


En pocos días segunda  entrega del Tractor de Los Anillos: El tractor y las 2 torres de Redes.

Nos vemos en  Sobrescobiu para disfrutar de los centenarios bosques por los que discurre la Redes Trail.

4 comentarios:

  1. Tengo que decir varias cosas Ruben:
    1. Admiro tu sentido del humor, aun cuando las cosas no salen, es sencillamente genial pues tener buen humor con el viento de cara es fácil.

    2. Valoras mas las personas y paisajes que conoces que las marcas en si.

    3. No menos importante es que no te rindes nunca, sabes dosificar bien y aguantar el tipo.

    Enhorabuena!!! Tienes todo mi respeto y admiración tanto por lo conseguido como por la filosofía!!!!

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    1. Muchas gracias señor Robledo,

      El que tienes toda mi admiración eres tu por haber completado con éxito una carrera de 107 kms. Eso está al alcance de muy pocos y tu lo has conseguido a la primera. Del resto, solo puedo decirte que si no fuera por los fantásticos lugares que voy conociendo y las personas con las que tengo la suerte de compartir kms y experiencias, nada de lo que hago tendría excesivo sentido. Las marcas y los puestos sirven para incrementar nuestra vanidad, sin embrago las experiencias vividas nos engrandecen el alma...y lo del sentido del humor es porque en mi caso, sin sentido del humor, nada tendría sentido.

      Un fuerte abrazo y nos vemos corriendo por montaña en 2016

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  2. Mucha fuerza y voluntad. Enhorabuena por completar la prueba, pero sobre todo por el espíritu de superación.
    Gran crónica.
    Un saludo.

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    1. Muchas gracias Satur,

      Agradezco tus palabras y más aún viniendo de un maratoniano consagrado como tú. Mi experiencia en pruebas de resistencia me ha enseñado que la mente es mucho más poderosa que el cuerpo y que la fuerza de voluntad lo es casi todo en esta disciplina.

      Te deseo mucha suerte en tu próximo reto por tierras de Levante.

      Un saludo

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