Dice un viejo refrán español que "tanto va el cántaro a la fuente que al final termina por romperse", y eso mismo pero aplicado al atletismo es lo que me ha acabado sucediendo a mi este mes de Julio.
Lo cierto es que llevo arrastrando problemas musculares desde el pasado mes de diciembre, cuando acabé tirado en un cortafuegos con calambres en los gemelos durante la disputa del Cross Alpino de la Peña del Tren. A partir de entonces, he padecido problemas musculares en casi todas las pruebas de montaña que he disputado: Alto Sil, Tebaida Berciana, Truchillas-Vizcodillo y finalmente en la Travesía de los Montes Aquilianos. No obstante, aunque acababa muy tocado las carreras, las recuperaciones eran muy buenas, lo que me creo una falsa sensación de infranqueabilidad que al final resulto ser un problema.
Tras disputar casi 400 km de competición sin descanso en los últimos 13 meses, y todo a base de un entrenamiento escaso, anárquico y poco especializado, el cuerpo empezó a resentirse hasta el punto que, después de disputar la última prueba el día 2 de Junio decidí parar completamente y descansar el resto del mes de Junio.
Al empezar Julio y volver a entrenar con los depósitos llenos y la moral a tope, las sensaciones fueron extremadamente buenas, lo que me hizo acumular más de 30 km solo en los 2 primeros entrenamientos del mes. El exceso de confianza hizo el resto y en el tercer entrenamiento el gemelo de la pierna izquierda dijo basta. Como el percance me sucedió a unos 8 km de casa, tuve que volver andando (más bien arrastrando la pierna) lo que probablemente acrecentó el problema. De nada sirvió parar de nuevo las siguientes 2 semanas, porque cualquier intento por empezar a correr o incluso por subir escaleras acababa con fuertes molestias en la pierna derecha. Finalmente no me ha quedado más solución que acudir al fisío, que me ha confirmado que el soleo de la pierna derecha esta bastante contracturado.
El siguiente objetivo que tenía planteado para la temporada era la Tilenus Xtrme (60 km) , que ahora veo poco factible. Llegado a este punto, lo primero es recuperarme bien y luego ya habrá tiempo de fijar nuevas metas, aunque me gustaría llegar a tiempo para poder disputar la carrera de montaña Villalfeide-Polvoreda a finales de agosto y como no, la Legua y Media de Benavides, prueba organizada por mi equipo y donde tengo la obligación moral de asistir.
Como no hay mal que por bien no venga y dado que no puedo entrenar, me he convertido en una especie de Oso Pardo Cantábrico y estoy acumulando peso y calorías de cara al frío invierno, por lo que tengo la esperanza de empezar con mucha fuerza en cuanto arranque de nuevo. Lo que si esta claro es que hay que aprender de los errores, y a partir de ahora y en la medida de mis posibilidades, incrementaré entrenamientos, calentaré antes de las carreras y estiraré antes y después de entrenar. Son pequeños hábitos que ayudan a prevenir males mayores.
Nos vemos corriendo "As soon as posible"
Rubén, no te desanimes, que con el tiempo tyodo tiene arreglo. ten cuidado no te vayas a pasar de "oso cantábrico", y tanta acumulación luego te "pese"
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je,je...tranquilo Talo, que lo tengo todo controlado. Me quedan todavía unos 4 kilos para volver a superar la barrera de los 100, y si no soy capaz de arrancar a entrenar antes de ese momento, me busco una cueva para hibernar en la cordillera cantábrica y en mi papel de oso pardo me paso todo el invierno dormitando y viviendo de la grasa acumulada en verano.
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