Tengo tantas cosas que contar que no se ni por donde empezar esta crónica, bueno si por 2 palabras mágicas: BIOSFERA TRAIL (en mayúsculas, en negrita y remarcado). Los aficionados al trail quedaros con este nombre porque esta carrera dará mucho que hablar en un futuro muy próximo. Una carrera que en apenas 26 km acumula 4.200 metros de desnivel total, 5 cumbres, zonas técnicas, zonas rápidas, cruce de ríos, bosques centenarios, zonas singulares y parajes únicos ¿Os parece suficiente? pues esto es solo el principio, lo que realmente hace a esta prueba especial es todo lo que no se puede medir, son los aspectos intangibles que diferencian una muy buena carrera de una carrera única y esta carrera en solo 2 ediciones ha conseguido ser diferente y especial. La organización ha estado sencillamente perfecta, los avituallamientos, el marcaje del recorrido, el sentido homenaje a los mineros recientemente fallecidos y por encima de todo la actitud positiva de la buena gente de la comarca Gordón, ver como se han volcado con la prueba los habitantes de Ciñera y Santa Lucia, con que cariño nos han tratado a todos y cada uno de los corredores y con que ilusión han colaborado para conseguir que la prueba sea un éxito, es lo que le da alma a esta prueba.
ATENCIÓN: Esta crónica va a ser larga, así que los valientes que continuéis con esta lectura espero que dispongáis de mucho tiempo libre y abundante amor por los best-sellers de temática deportiva y escasa calidad literaria.
Abróchense los cinturones que despegamos. Para variar dormí poco y mal la noche previa, así que a las 6 en pie y antes de la 7 en carretera. Los bancos de niebla baja en los valles de Gordón, las primeras luces de la alborada que empiezan a rasgar la oscuridad, las caprichosas siluetas de las montañas en las que te vas adentrando, constituyen un paisaje mágico que poco a poco te va metiendo en carrera.
Hoy es una carrera diferente para mi. A esta prueba le tengo mucho respeto y más en esta edición. Que soy un corredor más lento que un Marussia o un Caterham es de dominio público y no me preocupa, pero este año a mayores tengo menos fiabilidad que un Ferrari en Formula 1 y estoy acabando todas las carreras como el rosario de la aurora ( Con 192 cm y 97 kg la aerodinámica la tenemos complicada, pero a ver si al menos los ingenieros dan con el defecto de diseño de mi chasis y me arreglan "las patas" antes de final de temporada). Hoy tendré la suerte de compartir aventura con Jesús Ania Garcia. ¿ Y quien es este tipo? Pues es probablemente uno de los deportistas más completos que jamas haya conocido y lo conozco desde que eramos guajes. He practicado con él atletismo, rugby, fútbol sala, fútbol playa y al muy "castrón" todos los deportes se le dan bien. Sin ir más lejos, hace apenas 7 días estaba diputando en Budapest el campeonato del mundo de atletismo en pista cubierta para veteranos, quedando en el puesto 25 de su categoría (casi nada al aparato). Pero si es grande como deportista lo es aún más como persona, y eso explica que este dispuesto a hacer el sacrificio de levantarse a las 6 de la mañana un domingo, coger el coche y desplazarse 120 km para pasar unas 6 horas corriendo por el monte, ya que es la única manera que encuentra para pasar algo de tiempo con este loco que escribe (mira tu si no habrá cosa mejores que hacer en fin de semana).
Recogemos los dorsales con tiempo para saludar e intercambiar unas palabras con algunos de los grandes del trail leones: Pablo Villa, Salva Calvo, Roberto Dieguez, y nos ponemos en la salida. Y allí presencio el momento más emotivo que yo haya vivido en este deporte hasta el día de hoy. Para poder entender lo que sentí previamente debo explicar el porque. Soy asturiano (entiendo que un leonés del norte o un berciano sientan lo mismo) y aunque no provenga de las cuencas mineras, la mina forma parte de nuestro ADN. El carbón trajo a esta tierra progreso, riqueza y por encima de todo dignidad, pero para ello ha habido que pagar un caro peaje y hace apenas medio año un escape de grisú a escasa distancia de este lugar, se llevo por delante la vida de 6 mineros y las ilusiones de 6 familias. Esta prueba ha querido homenajear a esos 6 compañeros que por desgracia con su sangre y su sudor han hecho que las montañas y los valles de esta tierra luzcan más verdes. En la salida minuto de silencio con el "Santa Barbara bendita" de fondo y 6 voladores en memoria de cada uno de los 6 mineros fallecidos. ¡uuuf!¡los pelos de punta!¡descansad en paz compañeros!.
Y estamos en carrera. Los 250 participantes salen como galgos y nosotros nos quedamos al final del pelotón como de costumbre. Preguntamos a los 2 corredores escoba por tiempos y lugares de corte en la prueba y enfilamos los 26 km de nuestra particular aventura.
Si te cogen estos dos "señores de la limpieza", estás fuera de carrera |
Los primeros 3 km discurren por las calles y senderos que rodean los pueblos de Ciñera y la La Vid y son completamente llanos. Los hacemos en la grata compañía de Lorena Vazquez Ramos que amenaza con disputarnos la última posición en meta, pero como demostraremos más tarde va de farol y en realidad es una auténtica rebeca que nos saca más de media hora en meta. Cuando apenas llevamos 500 metros nos percatamos de que Lorena corre con falda lo que nos intranquiliza un poco. Es normal que nos ganen mujeres (a mi me ganan casi todas siempre), pero vamos a salir muy feos en las fotos si vamos al lado se alguien con falda, esto podría arruinar nuestra escasa reputación en montaña y algunos de nuestros esponsor podrían decidir abandonarnos, así que nos plantemos la posibilidad de correr nosotros también con falda escocesa para no desentonar, Lorena no nos creo en exceso porque piensa que es de locos y nos pregunta si iríamos con o sin calzones debajo , pero lo cierto es que no nos conoce lo suficiente . De locos eran las cosas que hacíamos Jesús y yo hace unos 20 años, como el día que nos fuimos a hacer espeleología 4 incautos y solo llevábamos 2 linternas (una de ellas sin pilas) y acabamos saliendo de la cueva por la oquedad que horadó el rio en la montaña y trepando por un talud de rocas para volver al coche o el día que nos fuimos a escalar Peña Ten en pleno invierno y con más de un metro de nieve a los pies de la montaña (no puedo imaginarme lo que habría arriba porque evidentemente no hicimos cumbre) e íbamos en chándal y zapatillas de deporte ¡con 2 cojones!, Todavía me acuerdo de la cara que puso un avezado montañero con el que nos cruzamos al iniciar la ascensión y que al vernos nos pregunto si llevamos raquetas de nieve o crampones (para que querríamos raquetas si no íbamos a jugara tenis). ¡mucho merito tiene nuestro ángel de la guarda ahora que lo pienso!. Ahora somos 20 años más viejos, pero esta por ver si no seguimos siendo igual de insensatos, así que lo de la falda escocesa no es descartable a futuro.
Tramo final de la subida a Peña Colorada
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Pero volvamos a la prueba que últimamente divago más que un político en campaña electoral. A los 3 km pasamos la cantera de cuarcita de Ciñera y comienza la ascensión a la Peña Colorada. Es una subida larga y tendida, pero sin ninguna dificultad técnica. Coronamos en 56'11", nos tomamos la foto de rigor y arrancamos para abajo. Recuerdo del año anterior que es una bajada rápida y sencilla, pero la semana previa llovió mucho y debemos extremar precauciones porque el suelo amenaza con estar resbaladizo. Nada más empezar a bajar se cae un corredor delante nuestra y nos confirma lo previsto. Haciéndome el "chulín" le digo a Jesús que extreme la precaución y que corra siempre mirando al suelo por donde pisa (como si estuviera yo para dar consejos a nadie). A media bajada, en un tramo pendiente de roca, me salgo de la trazada para tratar de adelantar a un grupillo de corredores y se me engancha una zarza en el brazo y en la barbilla. En vez de detenerme y soltar la zarza parado, hago un escorzo, me giro y quito la zarza con la mano abierta mientras sigo corriendo, ¡zas, la primera en la frente por listo!. Consecuencia directa del número circense: una caida bastante aparatosa. Estoy yo como para hacer acrobacias con mi deficiente coordinación. Afortunadamente caigo hacia atras y no me golpeo con ninguna roca en el cuerpo.. Solo se trata de "chapa y pintura" y aunque tengo la palma de la mano despellejada, los arañazos no son profundos. Me incorporo diciendo aquí no ha pasado nada y tiro para abajo como un rayo por vergüenza torera. Llegamos al primer avituallamiento en 1h:21':20", momento que aprovecho para que me limpien y desinfecten las heridas de la mano y me la venden en condiciones. Llevo bastones de travesía y la mano me molesta en el agarre. Sin tiempo que perder comenzamos a ascender la montaña que casi todo el mundo considera "el ogro" de la prueba,
Tramo intermedio de subida al Cueto San Mateo |
Cresteo final del Cueto San Mateo |
Ascendemos caminando el primer tramo de subida a través del encinar de Fayabajo, corremos por las pistas del Robledal del Alto del Rasón y enfilamos la parte final de ascensión entre roca caliza que es dura pero nada de otro mundo. Llegando arriba nos cruzamos con los espartanos de León corre que nos ponen las pilas con sus ánimos y finalmente coronamos en 2h:19':46". Bueno socio, ¿crees que has hecho lo peor? ja,ja,ja ... pues ahora empieza la Biosfera de verdad.
Primer tramo de bajada del Cueto San Mateo |
Esta bajada si que tiene tramos peligrosos y hay que ir con muchísima prudencia. Bajamos con precaución el primer tramo, corremos a ritmo el tramo intermedio y entramos en le tramo probablemente más técnico de toda a prueba. Un par de pequeños destrepes agarrados a la cuerdas y llegamos a la balsa de la Hullera.
Subimos un repecho que no viene en el perfil de la prueba pero que bien podría ser un puerto de cuarta categoría, y atravesamos la siempre espectacular y emotiva galería minera. Entro en la misma completamente a oscuras y los primeros 200 metros los hago totalmente a ciegas. No veo nada y avanzo en completo silencio (solo escucho el sonido de los charcos que voy pisando), pero poco a poco la pupila se dilata y llegando al final del túnel hasta soy capaz de ver un murciélago que revolotea sobre nuestras cabezas. Último tramo de bajada y llegamos al segundo avituallamiento en Santa Lucia. Espectacular el trato y el cariño con el que nos tratan las señoras del pueblo que atienden el mismo. Tiempo para departir con otros corredores y arrancar camino del tercer pico del día, a la postre el más sencillo.
Este año me noto más pesado subiendo que el año anterior, pero con todo es una subida muy fácil. Un primer tramo de subida por pista, seguimos ascendiendo atravesando el robledal del bosque de La Mata y finalmente coronamos por lo que aparenta ser una antigua escombrera en 3h:21:34" , y sin parar enfilamos la tercera bajada. El año pasado la recuerdo sencilla, pero este año el suelo está muy resbaladizo. Es un sendero abierto entre escobas y después de pasar otros 200 rebecos por el mismo sendero, el camino está como una plancha de hielo y las zapatillas de montaña no agarran como deberían. Debemos bajar agarrándonos constantemente a derecha e izquierda a las escobas que escoltan el sendero, pero mi problema es que con la mano derecha apenas me puedo agarrar desde la caida en la primera bajada. En fin, en plazas peores hemos toreado. Llegamos abajo no sin antes caer un par de veces de culo sin ninguna consecuencia. Llegamos al fondo del valle y cogemos la pista que nos lleva al Faedo y para nuestra sorpresa nos encontramos al gran Pablo Villa que ya ha acabado la prueba, se ha cambiado y esta soltando piernas ¡¡¡¡que bestia!!! aprovecha para animar a otros corredores del grupo de cola. Todo un detalle que le honra y le define como persona (como corredor poco más se puede decir). Una segunda lectura es lo malísimo que soy. El primero hace media hora que ha llegado a meta y a mi me queda todavía media carrera y 2 picos por subir ¡mátame camión! que diría el gran corredor gallego Fernando Arca.
Tercer avituallamiento, reponemos fuerzas y empezamos la cuarta ascensión del día, la que para mi sin lugar a dudas es la subida más dura de toda la carrera.
Tercer avituallamiento, reponemos fuerzas y empezamos la cuarta ascensión del día, la que para mi sin lugar a dudas es la subida más dura de toda la carrera.
Tramo inicial de ascensión a la cuarta cumbre |
Empezamos a ascender por medio del Faedo, con pendientes muy pronunciadas y constantes y siento que se me sale el corazón del pecho. Tengo que parar varias veces para recobrar el aliento, salimos del Faedo, cruzamos el tramo de escombrera, ascendemos el último tramo de subida y alcanzamos la cima de Peña Picha en 4h:18':15". Nos tomamos un respiro, hacemos la foto de rigor en cumbre y los voluntarios nos dicen que no nos despistemos que cierran el control de paso del último avituallamiento en poco más de 30 minutos.
Hasta aquí todo va según lo planeado, vamos bien de tiempo y aunque fatigado, no voy mal de piernas. Comenzamos el descenso de la cuarta cima y no han pasado ni 300 metros cuando se me acalambra el cuadriceps de la pierna derecha. Intento estirar pero no hay manera. Es demasiado pronto, esto me puede pasar en la quinta bajada, pero no estaba previsto que sucediera en la cuarta, queda demasiada distancia a meta. Después de cagarme en todos los santos del santoral y de jurar en Arameo y otras lenguas muertas, opto por una solución que nunca había tomado antes y decido tomarme un Enantium para ver si me hace efecto como relajante muscular. Trato de avanzar como buenamente puedo, andando al principio, a trote ligero después y finalmente corriendo de nuevo hasta entrar en el que es sin lugar a dudas el tramo más espectacular y bonito de toda la prueba, el paso del cañón del río y la posterior entrada en el Faedo corriendo sobre una tarima de madera. Impresionante el entorno, impresionante el paisaje, hacen que se le olviden a uno todas las molestias.
En la cima de la cuarta cumbre |
Hasta aquí todo va según lo planeado, vamos bien de tiempo y aunque fatigado, no voy mal de piernas. Comenzamos el descenso de la cuarta cima y no han pasado ni 300 metros cuando se me acalambra el cuadriceps de la pierna derecha. Intento estirar pero no hay manera. Es demasiado pronto, esto me puede pasar en la quinta bajada, pero no estaba previsto que sucediera en la cuarta, queda demasiada distancia a meta. Después de cagarme en todos los santos del santoral y de jurar en Arameo y otras lenguas muertas, opto por una solución que nunca había tomado antes y decido tomarme un Enantium para ver si me hace efecto como relajante muscular. Trato de avanzar como buenamente puedo, andando al principio, a trote ligero después y finalmente corriendo de nuevo hasta entrar en el que es sin lugar a dudas el tramo más espectacular y bonito de toda la prueba, el paso del cañón del río y la posterior entrada en el Faedo corriendo sobre una tarima de madera. Impresionante el entorno, impresionante el paisaje, hacen que se le olviden a uno todas las molestias.
Y por fin llegamos al último avituallamiento en 4h:49':49" y libramos el corte por apenas 10 minutos. Aprovecho para volver a vendar bien la mano, ya que la venda viene medio colgando desde la tercera bajada como consecuencia de tener que agarrarme a las escobas laterales. Y enfilamos la última subida con más corazón que fuerzas. Pronto empiezan a chirriar las piernas por todas partes, un calco exacto del año anterior y en le mismo sitio. Es la única prueba que haya disputado en la que me aparecen calambres en el adbuctor/basto interno, pero supongo que cuando uno viene muscularmente muy castigado es lo normal.
Subo tirando de brazos y a ritmo cansino voy poco a poco ganando altura, pero es una cumbre puñetera, porque en ocasiones y cuando crees hacer cumbre, te toca seguir subiendo entre peñas. Finalmente tocamos la cumbre de la Sierra del Sardonal en 5h:16':10". Ahora solo queda el crestéo técnico y la bajada y esto debería ser un consuelo, o al menos el año pasado fue un descanso tocar esta cumbre, pero este año mis problemas ya no son de gemelos, si no de cuadriceps y las bajadas son una tragicomedia griega.
En un momento del cresteo es Jesús el que apoya mal y se cae pegándose una buena galleta. Cae en mala posición se golpea la rodilla y se retuerce la muñeca. Le pregunto que tal está y me dice que sigamos. La muñeca le duele un montón y la rodilla también le da guerra, pero este tío está fabricado con acero de ENSIDESA (¡joerr! que generación de tíos aguerridos y duros salió del Avilés industrial, para algo tenía que servir haber crecido en la que fue considerada durante algunos años ciudad más contaminada de Europa occidental). El crestéo se hace largo y el tiempo pasa muy rápido, pero lo realmente complicado esta por llegar. La bajada final desde la cruz de hierro a las primeras casa de la Vid es literalmente una drama (una replica exacta de lo acontecido en el Alto Sil). Los cuadriceps ya no funcionan y las piernas ya me fallan hasta en los apoyos más sencillos. Es un descenso tortuoso y eterno hasta tocar la pista y ahora si que cambia la historia. Queda aproximadamente un km a meta, pero es casi llano y por pista y lo peor ya ha pasado. Como en el Mago de Oz, metafóricamente hablando solo hay que juntar 3 veces los talones , decir en alto "como en meta en ninguna parte" y seguir el camino de las "baldosas amarillas" y en esa nos encontramos. ¡menuda pareja! yo caminando como el Hombre de Hojalata y mi compañero como el León sin corazón. Es que no tengo fuerzas ni para correr y mira que el terreno es propicio. Finalmente bajamos las escaleras entrando en Ciñera y aceleramos para entrar en meta corriendo, y aunque solo sea por centésimas consigo "ganar" al sprint al atleta numero 25 del mundo en 400 metros lisos en pista cubierta en categoria +35 ( la realidad es que entramos completamente juntos y me deja ganar por cortesía, pero estando entre asturianos si no eres fanfarrón no eres nadie)
En la cima de la Sierra del sardonal con el cresteo de fondo |
Entrando en meta en la Bisofera Trail |
Tiempo final en meta 5h:48':24" en el puesto 200 de general (sobre 211 corredores en meta y 250 corredores en la salida), a 2h:46':06" del ganador Pablo Villa Gonzalez que completo la prueba en 3h:02':18".
En meta choque de sentimientos contrapuestos. Por un lado enorme felicidad y satisfacción por haberlo conseguido una vez más y por otro lado una cierta decepción porque habiendo entrenado algo más que el año anterior, he acabado en 10 minutos más y lo más preocupante es que he llegado completamente fundido. Valga como ejemplo que me tuve que beber de trago 5 vasos seguidos de bebida isotónica en meta y era como intentar llenar una bañera con el desagüe abierto. Llegué con el último litro de gasolina del deposito y no era capaz de calmar la sed (cosa que nunca me había sucedido). Siempre prima lo positivo y una vez más la medalla de finisher vale su peso en oro.
Para cerrar una ducha de agua fría para resucitar y otro detallazo de los voluntarios de Ciñera. Llegamos tan tarde al almuerzo que se habían acabado las patatas con carne del menú. En vez de liquidarnos por tardones, nos mandan esperar y nos traen una perola de garbanzos, aderezado con cantidades industriales de embutido y 2 o 3 empanadas grandes como si de una boda gitana se tratase. No hay palabras para describir lo que ha hecho hoy esta gente. Solo se les puede agradecer el detalle volviendo una y otra vez. Finalizada la comida me despido de mi buen amigo y toca viaje de retorno a Léon. El cuerpo me pide tirarme en un sofá y dormir las próximas 48 horas del tirón, pero como formo parte de una familia de armas tomas, mi mujer y mis hijos han decidido pasar la tarde de monte por los pinos aprovechando la benevolencia del clima, de nada sirven mis quejas y lamentos. La respuesta es clara y concisa ¡nadie te mando ir al correr a la montaña, si estás cansado te aguantas!, así que al final me toca doblar por el monte como los buenos atletas y completar una hora y media adicional de subidas y bajadas por Las Lomas y Los Pinos.
Y como el destino es caprichoso y un poquito cabrón, por primera vez desde que corro me toca un premio: una inscripción gratuita para la Batallona de Somiedo. Una prueba preciosa, salvo por un pequeño detalle. Es una prueba de 21 km en la que le desnivel negativo es de unos 1000 metros, vamos que es siempre cuesta abajo y con pendiente reseñable y le va a tocar esto a un tarugo al que se le acalambran los cuadricpes en todas las bajadas del año. En fin ¿Quien dijo miedo? como dice Melendi "mientras nos queden piedras lo que nos sobra es valor"
Así voy a caminar yo los próximos 4 o 5 días
Si habéis llegado hasta aquí leyendo esta crónica, os habéis ganado el cielo. Lo vuestro si que tiene merito y no correr la Biosfera.
Mi último recuerdo es como no podía ser de otra manera para los 6 mineros fallecidos en el Pozu Emilio.
Próxima parada: Carrera de montaña Truchillas-Vizcodillo. Nos vemos corriendo por montaña