Diez días exactamente es lo que me duró este año la ilusión por realizar una buena temporada. Exactamente el tiempo que tardé en disputar la Transacandamia. Al final paradójicamente, un buen resultado acabo resultando un mero espejismo en las cálidas arenas del desierto deportivo por el cual transito desde hace tiempo.
En 2 semanas llega mi carrera favorita del año y las expectativas no son muy halagüeñas. Apenas 7 entrenamientos en 6 semanas (unos 70 km acumulados) es un bagaje muy pobre para practicar una disciplina deportiva donde el entrenamiento representa el 80% del resultado final. NO hay JUSTIFICACIÓN, NI DISCULPA posible. Ahora toca meterse la pechada y tratar de arreglar en apenas 14 días lo que no fui capaz de hacer en las seis semanas previas, y para ello previamente debo derrotar a la apatía, la desgana, la desmotivación y todos esos demonios interiores que a veces nos invaden y nos desvían de nuestros objetivos
Llega la Carrera de Montaña del Alto Sil y la experiencia me dice que el sufrimiento y la diversión van estrechamente ligadas en una prueba muy dura y al mismo tiempo muy especial para mi. En cualquier caso y apelando a la heroica como es habitual, trataré de llegar a meta aunque sea convertido en culebra, es decir, arrastrándome y reptando como la modelo de la foto. Así que ya sabéis, si veis una culebra a royas rojas y blancas (me distingo de otras culebras por mi reconocido uniforme de rayas), no la piséis y tratar de animarla a muerte, porque soy yo y me van a hacer falta todos los apoyos posibles.
Nos vemos en Santa Cruz del Sil
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