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martes, 13 de agosto de 2013

Carrera de Montaña Villalfeide-Polvoreda 2013

Quiero comenzar esta  crónica felicitando a a la organización de la prueba. Si por término general el nivel organizativo de las pruebas que se disputan en León es alto, lo de esta prueba es sencillamente espectacular. Muchos "organizadores" deberían pasarse por Villalfeide para ver como gente con muchas ganas  y que saben detrás de lo que  andan, desde un pueblo pequeño y  con recursos  limitados, son capaces de organizar una carrera de montaña que es una autentico lujo, hasta tal punto  que en solo tres ediciones  ya ha pasado a formar parte  de la copa de Castilla y León de carreras por montaña. Si difícil es destacar a nadie dentro de la organización, hoy  me gustaría acordarme de esos grandes olvidados que son los voluntarios que se han pasado más  4 horas con una temperatura superior a 30º C  en la ladera pelada de una montaña, y sin un solo árbol donde cobijarse, balizando y ayudando a los corredores. Es más, alguno hasta se permitió el lujo de portear 2 y hasta 3 garrafas de 5 litros de agua hasta el avituallamiento de altura de la prueba (a unos 1500 metros de altura). Por mi parte muchas gracias por esa labor oscura y poco agradecida que consigue hacernos mucho más llevadera la labor de  correr por montaña a los corredores..

Recorrido en 3D de la III edición de la carrera de montaña Villafeide-Polvoreda
Y entramos en los preámbulos de la prueba. En una temporada muy extraña en todos los aspectos, en la que solo he podido disputar 3 pruebas en 7 meses, esta carrera era una buena disculpa para encontrar la motivación necesaria  para volver a entrenar. Desde Abril no me había vuelto a poner  un dorsal, y hasta  principios de Julio y sin mediar ningún tipo de lesión ni siguiera había vuelto a entrenar, pero con 113 km entrenados en las piernas en los últimos 40 días  me planté en la salida. No es un volumen de entrenamiento excesivo, pero con menos kilómetros  me había metido a torear en plazas más difíciles en anteriores ocasiones, así que a priori no era aventurado pensar  que serían suficientes para acabar la prueba  sin grandes contratiempos.

Salida de la prueba con Pablo Villa, Manuel Merillas, Anibal Miguel, Roberto Dieguez y Raquel Maestre

En la salida muchos galgos  lo que propicia  que la carrera salga lanzada desde el primer momento. Arrancó de  mitad para atrás a un ritmo vivo,  pasando el primer kilómetro en 4:35, y  aunque voy cómodo ese ritmo es demasiado alto para mi, por lo que disminuyo automáticamente  la marcha hasta acoplarme a un grupo donde van  los corredores de Los Ponjales.  

Primera subida del día,  pasando por el kilómetro 2 aprox.

La primera subida es muy sencilla y consigo coronar en 26:55' (prácticamente el mismo tiempo que el año anterior), y entramos en el sendero que atraviesa el bosque de robles y es como un deja-vú de la edición anterior. Podría correr mucho más rápido  pero voy muy retrasado y por delante llevo un grupo de corredores que no puedo superar porque el sendero es muy estrecho y salirse de él para adelantar  seria un riesgo innecesario  para mi y para aquellos corredores que me preceden. Al paso que marca el pelotón avanzo  por el camino hasta llegar a la primera bajada. La pista es amplia y el firme es bueno, por lo que me dejo caer y bajo bastante rápido hasta llegar de nuevo al la parte alta del pueblo deVillalfeide, giramos a la izquierda y comenzamos el tramo que nos llevará a la base del Polvoreda

Llegando al avituallamiento de La Peñica

Otro detalle de la organización es que cuando estamos llegando a la base del coloso de caliza que es el Polvoreda, se empieza  a escuchar una gaita de fondo, y hay que ver lo bien que suena una gaita en montaña. Finalmente llego al Avituallamiento de La Peñica en 1h:1':44" y me tomo un merecido respiro.


Primer kilómetro de subida al Pico Polvoreda

Y llegados a este punto, se acabó el "calentamiento"  y empieza la carrera de verdad porque al menos en mi caso,  la carrera de montaña Villafeide-Polvoreda podría resumirse como  una carrera de montaña de 21 km que comienza en el km 9 al pasar por el avituallamiento de la Peñica.  Voy 3 minutos peor de tiempo que el año anterior  pero tengo la sensación de no ir muy castigado físicamente.   Comienzo la subida y voy cruzándome con gente conocida Carlos de FisioramaJesús Amigo, continuo  asciendo hasta superar  el avituallamiento de altura, paso por el kilómetro 10 y supero el primer kilómetro  de ascensión que es francamente duro. Entro en el falso llano y me pongo a correr para   tratar de soltar un poco las piernas que vienen algo agarrotadas,   pero para mi sorpresa me se me sube el gemelo de la pierna derecha.... ¡¡uff!!! muy  mal asunto.  Era altamente previsible que esto me sucediera,  pero ni en mis previsiones más negativas podía esperar que me sucediera ni  tan pronto, ni tan lejos de la meta. Y automáticamente la cabeza empieza a buscar disculpas para justificar lo sucedido: que si esta semana no entrené ni un solo día, que si la noche anterior apenas pude dormir unas 3  horas, que si llevo un verano con más horas de piscina que las chicas del waterpolo....que si la abuela fuma, que si el perro no ladra y así hasta el infinito. Todo son bobadas y no dejan de ser justificaciones peregrinas. Lo único cierto es que la montaña suele ser justa, si entrenas y le dedicas horas  llegas en condiciones y eres capaz de  correr y por el contrario si no llegas en condiciones, te saca las carencias y te pone en tu sitio a las primeras de cambio.  Si acaso, es cierto que el fuerte calor reinante  provoca una sudoración superior  a lo normal y acelera el proceso de deshidratación, pero esto es León y estamos a  mediados de agosto ¿que esperaba correr a  10º?. Punto final, se acabaron las lamentaciones y toca sacar la calculadora. Probablemente para mi  se acabó  la carrera y comienza la marcha senderista. Llevo una hora y media de carrera,  me faltan 500 metros de ascensión hasta la cima y unos 10,5 km a meta. Lo fundamental ahora es  cuidar con mimo las piernas y minimizar esfuerzos en los tramos pendientes (si acaso correr en llano). Me tomo el único gel que llevaba y que estaba reservado  para más tarde y tengo la suerte de cruzarme con un montañero mientras estoy parado y estirando,  que amablemente me ofrece agua de su botella. Sin otro particular arranco de nuevo la ascensión, poco a poco y subiendo en amplios  zig-zag para no forzar gemelos y tratando de disminuir la pendiente voy superando los hitos, 1600m, 1700m, 1800m, 1900m,  hasta ver  cumbre.

Llegando al puesto de Tomás de Correcallejeros, a 2000 m de altitud y unos 200 m de cumbre.
A unos 200 metros de la cima  me encuentro a Tomas de Correcallejeros.  Entre las fotos, la pancarta y los ánimos a uno se le olvidan las penurias.

Puesto de control de cumbre
A nivel competitivo el control de paso  esta situado a unos escasos 10- 20 metros de cumbre (tiempo de paso 2h:04':01"), pero técnicamente eso  no es hacer  cumbre y como a mi nivel poco importe perder uno o dos minutos a mayores, continuo ascendiendo para quedarme con la satisfación de haber tocado el vértice geodésico.


Pisando cumbre a 2.007 metros de altitud  y posando orgulloso con la bandera de León

Y comienzo el descenso con suma precaución, aún así cuando apenas llevo unos 300-400  metros de bajada se me enciende el piloto rojo en el cuadro de mandos y los cuadriceps empiezan a chirriar. Me agarro a una peña y me paro a estirar. En ese momento me pasa Yeti que baja como de costumbre dando saltos como un rebeco. Ni se me pasa por al cabeza intentar seguirle y eso que es una referencia muy buena en este tipo de bajadas (en realidad es una buena referencia siempre). Detrás de él baja Iñigo de Los Ponjales, con quien  voy mucho  más cómodo y con quien realizo la mayor parte del descenso.  Con mucha calma y forzando la menos posible voy bajando el tramo más técnico del Polvoreda. Me cruzo con el maestro Angel de la Mata que este año en vez de correr esta echando una mano como voluntario y acabamos la parte complicada del descenso. 


Con Iñigo de Los Ponjales en la bajada, al pasar por el puesto de Ángel de La Mata

Paso por el último avituallamiento del día y entramos en la parte más llevadera de la bajada. Aquí si consigo correr durante algunos tramos, si bien corro de una manera extraña y poco ortodoxa, procurando no impulsar demasiado de gemelo y sin apenas levantar las piernas para no forzar los cuadriceps, y llegando abajo  giramos de nuevo a la izquierda y comenzamos   la última subida del día. Una subida claramente para correr si se llega con fuerzas, pero evidentemente no es mi caso. Con calma y andando para arriba hasta coronar a 1300 metros de altitud  en 3h:02':21" y ya solo me queda la bajada final. Tengo que descender unos 250 metros  nada más  y siendo mi especialidad la bajada debería estar contento,  pero conociendo los antecedentes, cambiaría mi reino por un tramo llano para no castigar más las piernas,  pero evidentemente  las cosas son como son. Como no llevo nadie ni por detrás ni por delante a la vista, me toca correr sin referencias. Y  de nuevo un deja-vú de la pasada edición. A media bajada me tengo que detener para estirar por última vez al pasar  a la altura de "Moja", que aparenta estar físicamente todavía mucho peor que yo.

Ya solo queda un último esfuerzo y a meta, en el tramo final entre el fotógrafo con el cencerro y los ánimos de Cañi,  uno es capaz de correr aunque no se sepa muy bien como  y finalmente entras en el pueblo y te da un subidón de moral digno de estudio, y para variar y a pesar de ir completamente en solitario, entro en meta esprintando como si viniese escapando de un oso o me estuviese persiguiendo una jauría de lobos hambrientos.

Al final un tiempo de 3h:16,19 para completar 21 km de distancia aprox. con un desnivel acumulado de 2.654 metros (1.327 positivos y 1.327 negativos), puesto 94 de la general (sobre 162 corredores  en la salida y 150 en meta) y a 1h:34'18" minutos del ganador Pablo Villa  Gonzalez con un tiempo de 1h:52': 01".

El "Bisonte del Carbayedo" en meta
Y llega la hora de reflexionar y de extraer conclusiones. Estoy  satisfecho con el resultado,  aún habiendo  necesitado 20 minutos más que el año anterior para completar la prueba. No obstante a día de hoy este es mi nivel y lo máximo a lo que puedo aspirar es a finalizar carreras. Eso no quita que siempre me quede  la duda de cuanto podría mejorar entrenando un poco más y si no sufriera tantos problemas de calambres. Sin embargo, tratando de ser reflexivos  no puedo más que valorar que  las piernas para un corredor son el equivalente a los neumáticos de un coche de formula 1, la diferencia primordial es que en atletismo no puedes entrar a boxes para cambiar de piernas a mitad de carrera, por  lo que hay que tratar de cuidarlas lo máximo posible y especialmente en una disciplina tan exigente  como las carreras por montaña. . En mi caso tengo la sensación de correr siempre con "ruedas blandas", motivado por un entrenamiento escaso y mal planificado, o quizás por una morfología y un peso no adecuados para esta disciplina, lo cierto es que actualmente este es mi verdadero talón de Aquiles. La parte positiva es que a base de ir acumulando experiencia en base a luchar siempre contra el mismo problema, me estoy convirtiendo en un experto en gestionar esfuerzos y en "conservar" muscularmente las piernas y hasta ahora, incluso salvando situaciones extremas como en el Alto Sil de esta edición,  siempre he sido capaz de llegar a meta.
¿Y ahora que?  Esta prueba me ha servido para descartar  por razones obvias, la disputa de  la Transvaldeonica y la prueba corta del Desafío Somiedo, así que previsiblemente la próxima carrera será la legua y media nocturna de Benavides, y luego ya iremos viendo sobre la marcha.

Pues esto es todo amigos, en 365 días estamos compitiendo de nuevo en Villalfeide, porque esta carrera se ha convertido por mérito propio en una fecha fija en mi calendario.

Nos vemos corriendo,


9 comentarios:

  1. Ruben, al final me dejas sorprendido, menudo carrerón que te has hecho, vuelves a estar como lo que eres un grande de la montaña y un referente para mi, sigue asi y espero que podamos coincidir en alguna carrera que por unas u otras causas no se ha podido dar, mis felicitaciones.

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    1. Hola Piter,

      Se me hizo un poco larga la prueba pero cualquier esfuerzo es bienvenido porque esta carrera merece mucho la pena.

      De este año no pasa y seguro que en alguna prueba coincidimos fijo.

      Un saludo.



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  2. Y aún tocado alcanzas la mitad de la clasificación, carrerón el tuyo!!
    Por lo que cuentas, la organización de diez, algo a tener muy en cuenta hoy en día.

    Un abrazo.

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    1. Hola Korrecaminos,

      La organización es fantástica y el entorno natural donde se desarrolla la prueba es muy bonito ¿que más se puede pedir?.

      Respecto al otro aspecto que comentas, y aunque me miras con buenos ojos, llegué de la mitad para atrás en la clasificación, pero llevaba un par de pruebas entrando el las últimas posiciones, así que hemos conseguido dar un paso adelante.

      Un saludo,

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  3. Felicidades veo que sigues en forma,espero ponerme al dia, despues del viaje estoy un poco descolocado.
    Un abrazo

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    1. Gracias Joan,

      Espero volver a leer pronto nuevas crónicas tuyas dando pedales por los pirineos y sus estribaciones.

      Un saludo

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  4. Hola Abuelo Runner,

    Coincido plenamente contigo en que la variable más importante es el entrenamiento. Si no entrenas ya sabes que la montaña te pondrá en tu sitio. No obstante el peso es fundamental. Intenta correr con una mochila con 3 kg de peso a la espalda y te darás cuenta de como disminuye tu rendimiento inmediatamente, pues ahora ponte en la tesitura de que mi peso base son 96-97 kg, es decir arrastro 15 o 16 kg más que tú. Para arriba es un lastre importante, pero es especialmente negativo en las bajadas con pendiente, donde el peso se multiplica por 2 o por 3 producto de la gravedad y te machaca literalmente los cuadriceps.

    Sabiendo donde radica el problema, ya tenemos mucho avanzado para poder encontrar la solución.

    Un saludo,

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  5. Ruben: Fue una autentica gozada, pasar alli 3 horas y media para veros a todos. Foto chula con Iñigo, parece que veníais de fiesta, se os nota poco el "mega esfuerzo", porque tenéis muy buen aspecto. Un abrazo. A de la Mata.

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    1. Ángel, el placer fue nuestro al cruzarnos contigo en plena bajada.

      Iñigo es un muy buen corredor de carretera que en montaña va con precaución y en mi caso las limitaciones siempre son musculares, pero de motor voy relativamente cómodo y probablemente por eso nos veías con tan buen aspecto.

      Ahora correré unas cuentas pruebas seguidas en carrera, así que espero coincidir contigo de corto y corriendo en alguna.

      Un saludo,

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